Mientras que las lecciones de natación son sin duda muy útiles, hay más cosas que puedes hacer para enseñar a tus hijos habilidades de natación básicas, seguridad en el agua y desarrollar el gusto por lo acuático. Estas actividades pueden ayudar a aprender a nadar a niños de tan sólo 18 meses. Es una gran manera de desarrollar habilidades de natación por etapas, así que ¡coge tus toallas y vamos allá!

 

1. Hablar con los peces
Practica hablando con peces imaginarios para conseguir que tu hijo haga burbujas en el agua. A continuación, le pedimos que ponga la oreja en el agua para escuchar la respuesta.

Habilidad: Control de la respiración, que es el primer paso para enseñar a tu hijo a nadar de forma independiente. Asegúrate de animarle para sumergir la cara para hacer burbujas y aumentar su comodidad en el agua.

Consejo: Asegúrate de cuando sumerjas la cara para hacer burbujas, subas con una sonrisa en tu cara. Tu pequeño se sentirá más animado a probar si ve lo divertido que es.

 

2. Coger los peces
Siéntate al lado de tu hijo en los escalones de la parte menos profunda, o de pie uno frente al otro si la piscina es poco profunda (la altura del agua debe estar preferentemente desde la cintura de tu hijo hasta el pecho), y pedir a tu pequeño que trate de atrapar pececillos con las manos . pedirle que realice una brazada frontal, sumergiendo los brazos en el agua, y luego recogiéndolos hacia sí mismo, como si hubiera un montón de peces en la piscina que estuviera acercando hacia su cuerpo. Esto hará que se acostumbre a la acción del brazo necesaria para empezar a nadar por su cuenta.

Habilidad: El desarrollo del movimiento rápido del brazo.

Consejo: Asegúrate de que tu hijo está realizando esta actividad con sus dedos juntos, para que los peces no escapan entre los dedos. Esto le ayudará con la propulsión cuando empiece a nadar por su cuenta.

 

3. Lancha motora
Sujeta firmemente a tu hijo bajo los brazos, mirando hacia ti. Comienza a caminar hacia atrás por el agua. A medida que coges un poco de velocidad, el agua tenderá a empujarlo a una posición de flotación horizontal delantera. Gira lentamente en un círculo, aumenta la velocidad de nuevo y pídele que haga burbujas y mueva los pies para impulsarse.

Habilidad: Acostumbrarse a la posición de natación horizontal.

Consejo: Cuando tu hijo esté más acostumbrado a la posición de flotación delantera, hazlo de manera que sus manos extendidas están alrededor de la parte posterior de tu cuello. Ayúdale a estirar las piernas, como si estuviera tomando una siesta con su estómago en la superficie del agua.

 

4. Luz roja, luz verde
Ponte con tu hijo en una zona profunda de la piscina. Si tu hijo es un poco mayor, puede agarrarse a un lado de la piscina, mirando hacia la pared. Cuando dices que la luz es verde, tiene que mover las piernas como un loco! La luz roja significa detener, y la amarilla hacerlo lentamente.

Habilidad: Movimiento de piernas y propulsión.

Consejo: Asegúrate de animar a tu pequeño a estirar los dedos de los pies, ya que mejorará su impulso en el agua.

 

5. Zambullirse
En la parte menos profunda, agáchate a medio metro de la pared, y sujeta a tu hijo de pie sobre tus rodillas, con tus manos sujetando su cintura (los dos mirando hacia el borde de la piscina). Pídele que salte desde tus rodillas hasta la pared y se agarre. Esta técnica acostumbra a tu hijo a nadar de forma independiente. Deja que aguante un momento agarrado al borde para que se acostumbre a aguantar su peso corporal.

Habilidad: Natación de forma independiente.

Consejo: Poco a poco aumenta la distancia de la pared, recordándole a tu hijo que atrape a los peces con sus manos y mueva fuerte sus pies. Anímale y aplaude su progreso y, muy pronto, tendrás un pequeño súper nadador en tus manos.